Mejorando el rendimiento del portátil

Si se quiere aumentar el rendimiento de un equipo, hay varios componentes que se pueden tocar, como por ejemplo, cpu, memoria RAM o disco duro. En un PC clónico esto es muy sencillo puesto que todos los componentes van ensamblados como piezas de un puzzle y se puede cambiar la cpu, la gráfica incluso, etc., sin problemas. En un portátil esto es más complicado, ya que muchos componentes van soldados en placa o, de cualquier forma, están bastante innacesibles.

A pesar de que no es posible (o al menos no es nada sencillo) cambiar la CPU del portátil, sí que se puede ampliar la memoria o cambiar el disco duro.

Ambos componentes suelen estar fácilmente localizables y con fácil acceso. Ampliar la RAM es sencillo, abres la tapa que permite acceder a la misma y:

  • si tienes slot libre colocas un módulo compatible con más RAM;
  • si no, toca sustituir el módulo o módulos instalados y colocar otros de más capacidad.
  • No es necesario drivers ni nada. Con esto ya estaría.

En el caso del disco duro sucede algo parecido: suele estar fácilmente identificada la tapa que lo protege, con lo que el acceso también suele ser sencillo. Una vez accedido al mismo, lo sacamos y colocamos el nuevo. En este caso me extenderé un poco más.

Normalmente, los discos duros de los portátiles trabajan a 5400 rpm, con lo que si colocamos un disco duro de 7200 rpm pues ya habremos mejorado algo el rendimiento. Sin embargo, actualmente existe una posibilidad mejor: instalar un disco SSD.

Un disco SSD o de estado sólido, proporciona mucha más velocidad de lectura y escritura que uno mecánico de toda la vida. Además, al no contener partes mecánicas es mucho más silencioso y también más resistente.

El problema que tienen estos discos es que la relación precio/GB es mucho mayor que en un disco mecánico. Así, si con 50 euros podemos comprar uno mecánico de 500 GB, con ese precio no compramos ni siquiera uno de 64 GB SSD :-O.

Entonces, ¿qué hacer? Si quito el de 320 GB ó 500 GB de 5400 rpm de mi portátil y le coloco uno de, digamos, 128 GB SSD, gano velocidad sí, pero… pierdo capacidad.

Aunque vemos que perderemos capacidad (a no ser que tengamos pasta suficiente como para comprar uno ssd de 512 GB, por ejemplo), compensa por la enorme mejora de rendimiento. No obstante, si se necesita más capacidad de disco hay soluciones. Sigue leyendo…

En mi caso, lo que he hecho es sustituir la unidad de DVD por una carcasa que encaja perfectamente en ese hueco y que puede contener un disco duro (el formato de las unidades de DVD-ROM de los portátiles es estándar y estas carcasas las venden en muchos sitios de internet).

Así, mi portátil (un Dell L502X) que tenía un disco duro de 750 GB ahora tiene uno SSD de 128 GB (OCZ Vertex 4, para más señas) y, en lugar de la regrabadora de DVDs le he colocado una carcasa que encaja perfectamente (y a la que incluso se le puede colocar el embellecedor de mi portátil) donde tengo el disco de 750 GB para almacenamiendo de datos/multimedia/etc.

Alguien dirá «ya, mola, pero, ¿y si quiero usar la grabadora que tenía para hacer backups de mis datos o para instalar una nueva distro GNU/Linux?» Pues existen adaptadores del conector que tiene la grabadora de portátil (se llama slimline sata) a USB, a eSata, etc.

También existen carcasas externas para meter la grabadora interna del portátil en ella y así tenéis una grabadora externa de DVDs. Lo que pasa es que es un poco más cara y no sé si os merecerá la pena (it’s up to you!).

Os pongo un par de fotos de la carcasa (*) a la que os hacía mención antes, tal y como ha quedado tras instalar el disco duro y con el embellecedor del portátil colocado en ella (que encaja perfectamente y que casi seguro que a vosotros también).

Incluye el embellecedor de mi portátil ya instalado en ella.

Incluye el embellecedor de mi portátil ya instalado en ella.

 (*) OJO: cuidadín a la hora de comprar la carcasa de DVD-ROM slimline, porque hay de dos tamaños: 9,5 mm y 12,7 mm. Tenéis que comprar la que os corresponda (en mi caso es la de 12,7 mm).